No sé qué nos ocurre a los dentistas que, cada dos años, cuando se acerca Expodental, nos entra un hormigueo en el estómago. Puede que sea porque se abre la veda de consumismo exacerbado durante tres días, sumado al peloteo que te puedan hacer los proveedores. O tal vez sea por el asco de comprobar cómo degenera nuestra profesión. Cada vez conozco a más compañeros a los que les sucede esto último.
El caso es que la semana pasada, durante los días 13, 14 y 15 de Marzo, se celebró Expodental en los pabellones 7 y 9 de Ifema. Cómo no, siendo dentista y propietario de clínica, me pareció una oportunidad magnífica para conocer las últimas novedades, inventos y gadgets; poder contactar con nuevos proveedores, tal vez encontrar alguna oferta y, sin duda, palpar cómo se encuentra el mundillo del dentisteo hoy en día.
Y, la verdad, ha sido una de las ferias más rocambolescas a las que he asistido.
Este año hemos podido comprobar en la Expo lo bajo que hemos caído los dentistas. Cuando terminé la facultad, se decía de nuestra profesión que tenía "prestigio social". Es triste comprobar cómo en poco más de 10 años, ese prestigio social ha desaparecido por completo.
Y te das cuenta de ello cuando unos señores tienen la poca vergüenza de promocionar sus Cursos de Cirugía en Santo Domingo, ni más ni menos que con unas señoritas ¡¡en topless!!. Con los correspondientes moscones con traje y gomina revoloteando a su alrededor y aprovechando cualquier momento para manosear. ¡Que somos dentistas y estamos por encima del bien y del mal, faltaría más!.
Supongo que, en estos cursos, el concepto de "elevación de seno" cobra un significado totalmente diferente.
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Mañana mismo me apunto a un curso de esos en Santo Domingas. |
La verdad es que resulta bochornoso ver lo bajo que ha caído esta profesión. Aunque sospecho que a algún golfo, que este mundillo abundan, y a las nuevas generaciones de dentistas en paro les habrá podido llamar la atención. Por lo menos volverán morenitos. Y, con suerte, sin enfermedades venéreas.
Justo después te topas con un grupete de politicuchos sacándose fotos. Esos ¿dentistas? que posiblemente no sepan hacer un mal empaste, pero que llevan años viviendo del cuento y de las cuotas colegiales. Pagándose hoteles de 5 Estrellas, cenas en restaurantes de lujo y fiestas a las que sólo ellos están invitados. Eso sí, a costa de los dentistas que curramos de verdad.
Y seguimos con el stand de Salvemos La Odontología. Esa suerte de 15-M Dental, con (supuestamente) buenas intenciones y pocas (o ninguna) propuestas válidas, a cuyo carro se suben los mismos que han permitido que nuestra profesión se convierta en la putilla de las especialidades sanitarias.
No deja de parecerme irónico que muchos de los que claman al cielo en pro de una odontología de calidad sean los mismos que llevan trabajando desde hace años con Compañías de Seguros Dentales; que fueron los pioneros en tirar los precios por los suelos, empeorar la calidad a costa de cuadrar las cuentas de la aseguradora, y fomentar los sobretratamientos y la mala praxis. E incluso conozco a alguno de esos que quieren Salvar La Odontología (¿o será sólo su trasero?) a costa de engañar a pacientes y dar puñaladas traperas a sus colegas de profesión.
Yo también creo que hay que Salvar La Odontología. Sí. Pero los de SLO tienen al enemigo infiltrado.
Después de comenzar la visita a la Expo de esta forma es normal que a uno se le quiten las ganas de estar allí un minuto más; Pero al final aguantamos, y ha acabado siendo una de las Expos más divertidas y útiles que recuerdo.
Ya que me he quedado a gusto habiendo repartido un poco de estopa, en la próxima entrada del blog intentaré hablar de otras cosas más agradables que también suceden en la Expo.
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